Descubre qué es la biomasa y las ayudas para este tipo de instalaciones
Estamos seguros de que has escuchado el concepto de biomasa en varias ocasiones. Se trata de un término amplio, con más de una definición en el diccionario de la Real Academia de la Lengua.
En este artículo vamos a centrarnos en la definición más popular, que la denomina como toda aquella materia orgánica que puede reutilizarse como fuente de energía.
Se trata de un recurso prácticamente inagotable que podemos encontrar en la naturaleza y que, según su procedencia, podemos clasificar en diversos tipos:
- Biomasa agrícola: por ejemplo, los residuos de las cosechas.
- Biomasa forestal: que obtenemos tras limpiar los bosques o los trabajos de poda.
- Biomasa ganadera: a partir de los residuos del ganado (estiércol).
- Biomasa industrial: de los residuos orgánicos que se originan en la industria alimentaria (huesos de aceituna o cáscaras de almendras, por ejemplo) o de los residuos de la industria de la madera (en la fabricación de muebles).
- Biomasa urbana: la parte orgánica de los residuos que se generan en las ciudades.
- Biomasa acuosa: plantas acuáticas y algas.
Como ves, la biomasa está a nuestro alrededor y la podemos extraer de nuestros campos, vertederos e industrias. Se trata de una fuente de energía renovable que se encuentra en todas partes cuyo principal beneficio es que transformamos un residuo en un recurso. Además, su extracción, transporte y procesamiento en las centrales especializadas, beneficia la economía, el empleo y, por supuesto, el medio ambiente, ya que genera una energía limpia y sostenible con 0 emisiones de CO2.
¿Qué requisitos debe cumplir la producción de biomasa?
Según el tipo de biomasa, se aplican procesos mecánicos, termoquímicos o biológicos para obtener otros productos que podemos reutilizar ya que no es lo mismo un subproducto como los pellets para las estufas de calefacción, el biogás, el biodiésel, p los biocarburantes para la automoción. Los 3 requisitos fundamentales son:
- El combustible empleado debe disponer de un certificado otorgado por una entidad independiente acreditada y cumplir con lo establecido en las Normas UNE-EN-ISO y su clasificación.
- El uso de estos combustibles tienen que suponer la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en un 80% o superior, según los valores de producción de calor que se recogen en el anexo VI de la Directiva (UE) 2018/2021 del Parlamento Europeo relacionada con el fomento del uso de energía de fuentes renovables.
- Si el combustible no cumple este requisito y dependiendo de la convocatoria, se deberá justificar que se alcanza esa reducción de gases de efecto invernadero en un 80% o superior.
